- Vamos, levantémonos ya, desperézate, dúchate que yo te espero. No entro contigo, no, que quiero que vayamos juntos a comprar el periódico y a desayunar. Lo leeremos, tomaremos café, medio bocadillo y luego iremos a la playa. Tenemos que aprovechar lo que queda de verano, los últimos rayos de sol, un baño, lento y tranquilo, como disfrutándolo. Y olvidarnos de muchas cosas y pensar que todo es fácil, que todo puede ser fácil hasta que se complique, hasta que nosotros pensemos que se enreda. Ahora no importa, ¿qué importa? Desandemos lo aprendido, volvamos a pronunciar las palabras con todas sus letras, a tocar las formas con sus curvas y aristas, a sentir zumbidos y susurros, a pensar que lo que quizá hoy es proyección mañana será tangible. Vamos a equivocarnos, vamos a conocernos, poro a poro, poco a poco. Cuéntame, dime, pero déjame hablar. Es que me cuesta mucho, es que, a veces, no sé lo que me digo o lo conozco demasiado. Tú no entiendes nada. Es normal, es difícil: poco a poco, poro a poro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario