Qué, ¿prometía o no prometía? Parece ser que la anterior misiva provocó un envalentonamiento de el/la que escribió esta notita. Por las averiguaciones practicadas nada tiene que ver esta carta con la anterior, aunque nunca se sabe, quizá una conjunción de intereses malévolos y dudosas intenciones en forma de tampones y agua chorreante de lavadoras se han aliado contra los vecinos que habitan los bajos y comparten patio interior con los susodichos/as hacedores de mareas. Seguiremos informando. Desde los barrios premarítimos barceloneses, ojo avizor, cámara en mano, se despide vuestra Debla.
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